Cómo presentar una petición de bancarrota
¿Qué es la bancarrota?
La bancarrota es un proceso legal que permite a personas o empresas que no pueden pagar sus deudas reorganizar sus finanzas o liquidar ciertos activos para saldar las mismas. En Estados Unidos, este procedimiento se rige por la Ley de Bancarrota, la cual ofrece diferentes opciones, como el Capítulo 7, el Capítulo 13 o el Capítulo 11, dependiendo de las circunstancias financieras del solicitante.
¿Cuándo es necesario considerar la bancarrota?
Es importante evaluar si realmente necesitas declararte en bancarrota. Algunos de los motivos más comunes incluyen:
- Imposibilidad de pagar deudas de tarjetas de crédito o préstamos personales.
- Riesgo inminente de embargo de bienes o vivienda.
- Acoso constante por parte de los acreedores.
- Incapacidad de hacer frente a gastos médicos abrumadores.
- Negocios que no generan suficientes ingresos para cubrir los costos operativos.
Antes de tomar esta decisión, consulta con un abogado especializado en bancarrota para determinar si este es el mejor camino para ti.
Pasos para presentar una petición de bancarrota
A continuación, te explicamos el proceso general para presentar una petición de bancarrota:
1. Evalúa tu situación financiera
Antes de iniciar el proceso, analiza cuidadosamente tus ingresos, gastos, activos y deudas. Esto te ayudará a determinar qué tipo de bancarrota es más adecuada para ti:
- Capítulo 7: liquidación de activos para pagar deudas. Es ideal para personas con ingresos limitados y pocos bienes.
- Capítulo 13: reorganización de deudas mediante un plan de pago. Es una buena opción para quienes tienen ingresos regulares y desean conservar sus bienes.
- Capítulo 11: normalmente utilizado por empresas que desean reorganizar sus deudas mientras continúan operando.
2. Asiste a una consejería de crédito
Antes de presentar tu solicitud, es obligatorio que asistas a una sesión de consejería de crédito con una agencia aprobada por el gobierno. Este paso tiene como objetivo explorar alternativas a la bancarrota y garantizar que entiendas las implicaciones del proceso. Al finalizar, recibirás un certificado que deberás incluir en tu solicitud de bancarrota.
3. Contrata a un abogado especializado
Aunque puedes presentar una solicitud de bancarrota por tu cuenta, es altamente recomendable contar con la ayuda de un abogado especializado. Un abogado te guiará durante el proceso, se asegurará de que completes correctamente los formularios requeridos y representará tus intereses frente a los acreedores y al tribunal.
4. Reúne la documentación necesaria
El tribunal requerirá una serie de documentos financieros para evaluar tu caso, como:
- Declaraciones de impuestos.
- Comprobantes de ingresos.
- Estados de cuenta bancarios.
- Listado de activos y pasivos.
- Registro de gastos mensuales.
- Contratos de préstamos o hipotecas.
Es fundamental que todos los documentos sean precisos y estén actualizados.
5. Presenta la petición de bancarrota
Tu abogado presentará los formularios correspondientes en el tribunal de bancarrota de tu jurisdicción. Estos formularios incluirán detalles sobre tus deudas, ingresos, activos y gastos, así como el certificado de la consejería de crédito. Una vez presentada la solicitud, se emitirá automáticamente una orden de "suspensión automática", la cual detendrá temporalmente cualquier intento de cobro por parte de los acreedores.
6. Asiste a la reunión con los acreedores
Después de presentar tu solicitud, deberás asistir a una reunión con tus acreedores (llamada “341 meeting”). Durante esta reunión, un fideicomisario designado por el tribunal revisará tu caso y los acreedores tendrán la oportunidad de hacer preguntas sobre tu situación financiera.
7. Cumple con los requisitos adicionales
Dependiendo del tipo de bancarrota que hayas solicitado, es posible que debas completar pasos adicionales, como:
- Liquidar activos (en el caso del Capítulo 7).
- Presentar un plan de pagos aprobado por el tribunal (en el caso del Capítulo 13).
8. Recibe la descarga de deudas
Si el tribunal aprueba tu caso, recibirás una descarga de deudas. Esto significa que ya no serás legalmente responsable de pagar las deudas incluidas en tu solicitud. Sin embargo, algunas deudas, como préstamos estudiantiles, manutención infantil y ciertos impuestos, no son eliminadas a través de la bancarrota.